martes, 13 de septiembre de 2011

Susurros del corazón



Un día antes del amanecer, desperté.
Hacía mucho frío así que cogí una pequeña manta y la puse sobre mis hombros.
Abrí la ventana y el aire entró enfriando todo mi cuarto.
Apenas había luz, sólo las grises nubes y el cielo oscuro.
Tenía el presentimiento de que te encontraría esperándome sentado frente a mi ventana.
Allí estabas tu... esperando verme.
- ¿Deberíamos ver el amanecer, no?, te pregunté.
-  A eso he venido, dijiste tú.

En realidad fue un sueño...

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