sábado, 12 de mayo de 2012

Entre la Niebla


Como he comentado en mi entrada anterior, este es un relato que presenté a un concurso, la historia que voy a contar, está basada en un sueño que tuve hace ya algún tiempo... bueno espero que la disfrutéis, la he dividido en dos partes para que no se haga muy pesada.


Entre la Niebla I

Me desperté tras escuchar el estruendo, tanteé sobre el mueble buscando una vela para poder iluminar la estancia. Puse los pies descalzos sobre el suelo, notando la humedad bajo mis pies, bajé la mirada y vi que mis pies estaban sobre agua. A unos pasos de mí estaba el  jarrón roto junto a las rosas esparcidas por el suelo y al alzar la vista, el viento entró por la ventana apagando la llama de mi vela, arrojando pequeños copos de nieve sobre mi blanco camisón.

Sin ser muy consciente de mis movimientos, mis piernas se dirigieron hacia la puerta, andando de puntillas con cuidado de no pisar ningún cristal. Al llegar al portón, corrí el cerrojo y empujé hacia mí, dejando entrar la blanca luz y la nieve.
Salí al exterior y para mi asombro, la luna iluminaba la noche, su luz hacía brillar la nieve de los árboles y del suelo.

Di unos pasos más al exterior mirando hacia arriba, y vi a la luna llena en todo su esplendor mientras que la nieve mojaba mi piel al caer sobre mi. Seguí caminando, paso a paso, hasta sentir la humedad de las hojas bajo mis pies, bajé la vista, y vi mis pies descalzos sobre la nieve y de pronto pensé que estaba soñando y retrocedí unos pasos hacia la puerta, pero un peso sobre mis párpados hicieron que los cerrase, mientras que mis piernas comenzaron a caminar inconscientemente hacia el bosque.

Caminé atravesando el bosque bajo los rayos de luna que penetraban entre los árboles, mi paso era acelerado pues la gélida nieve quemaba mis pies. Llegué a una parte del bosque en la que apenas podía caminar sin tener que apartar las ramas, hasta que me paré en seco para escuchar a mi alrededor.

Percibí cerca de mí una respiración agitada. Intenté ver entre las ramas pero no vi nada, entonces seguí hacia delante, percibiendo cada vez más cerca la respiración. Caminando volví a ver mis pies en la nieve y vinieron a mi mente agitados pensamientos...¿por qué sigo caminando?¿a dónde me dirijo? Y entonces, sin pensarlo, eché a correr, las ramas rasgaron mis brazos, mis piernas y mi cara, pero tenía que seguir corriendo.

Acelerada, llegué a un punto en el que no podía ver mis piernas correr, la niebla me estaba cubriendo, ya no había árboles a mi alrededor. Estaba aterrada, me arropé con mis propios brazos, cerré los ojos y me arrodillé entre toda la niebla. No entendía que estaba pasando, no era dueña de mis actos ni de mi mente, entonces rendida caí en un profundo sueño...

Desperté al sentir un cálido aliento sobre los dedos de mis pies, me incorporé lentamente y de pronto todo mi cuerpo se tensó, mi respiración comenzó a agitarse mirando fijamente a aquellos ojos de color ámbar. La figura de un lobo blanco se hallaba frente a mi.

Aquel ser me miraba fijamente, entonces de pronto se sentó y miró hacia otro lado. ¿Qué significaba eso? Acaso... ¿no era yo su presa? Y fue en ese momento cuando quedé maravillada por su blanco pelaje, cubierto por la nieve, tuve la necesidad de acercar mi mano hacia la criatura para saber si era real.
Cuando acaricié su pelaje, el lobo se levantó y se encaminó hacia los lindes del bosque, fue entonces cuando se detuvo y me miró fijamente, y yo... no pude hacer otra cosa que seguirlo hacia lo profundo del bosque.

Andamos por una pequeña senda, no sé hacia donde, yo sólo lo seguía a él. El lobo caminaba a unos pasos por delante de mi, la senda cada vez era más estrecha siendo muy difícil esquivar las ramas. Siguiendo la  larga senda, la nieve en mis pies descalzos y la niebla hizo que mi paso aminorase, mi guía  al percatarse de mi tardanza, retrocedió para colocarse a mi lado para poder seguir caminando sintiendo ese suave pelaje en mi pierna y ese calor que desprendía.

Juntos llegamos a lo más profundo del bosque, y allí  puede apreciar una pequeña casa cubierta casi por completo por la nieve. El lobo blanco se alejó de mi lado, y muy decidido comenzó a escarbar en lo que aparentaba ser la puerta. Al verlo, me arrodillé a su lado y comencé ayudarle con propias manos. La humedad había estropeado totalmente la madera de la puerta, dejándola  reblandecida y de un color putrefacto. Cuando ya apartamos la cantidad suficiente de nieve pude abrir el portón... 




Espero que os guste... 
Continuará en la siguiente entrada  ^^






2 comentarios:

  1. Pues el relato no está nada mal. Eso sí el dibujo como siempre impresionante.

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  2. Me alegro que te guste!!!jeje muchas gracias por tener la paciencia de leerlo!!
    Un saludito!

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